Celia Escudero Hernández ha regresado a Valladolid con la mochila cargada de ciencia, logros y un premio que reconoce no solo su excelencia investigadora, sino también una causa poco visibilizada: la colitis microscópica. La Organización Europea de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (ECCO) le ha otorgado recientemente el premio a la mejor investigadora joven en el campo de las enfermedades inflamatorias intestinales. El reconocimiento se hizo oficial durante el congreso anual celebrado en Berlín el pasado 22 de febrero, donde la investigadora también recibió un contrato de excelencia que le ha permitido iniciar una nueva etapa en nuestro Instituto.

Desde pequeña, la Dra. Escudero-Hernández sintió fascinación por conocer y explorar su entorno, pero fue durante sus años estudiando la carrera de Biotecnología en León cuando comenzó a interesarse por la investigación y la inmunología, atraída por la complejidad de la comunicación entre células y moléculas. Sus primeros pasos como investigadora los dio en la Universidad de Valladolid, tras sentirse atraída por el entonces novedoso Máster en Investigación Biomédica, actualmente conocido como Máster Universitario en Investigación Biomédica y Terapias Avanzadas. “Fueron etapas de mucho aprendizaje, donde la motivación por trabajar en el laboratorio crecía cada día”, recuerda. Ya contaba con experiencia práctica, tanto en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León como en la Facultad de Medicina, y aunque confiesa que en sus inicios detestaba escribir informes científicos, con el tiempo le ha cogido el gusto. “De otra forma no podría sobrevivir en esta carrera”, bromea. Este interés la llevó a realizar un doctorado centrado en la enfermedad celíaca, su primera puerta de entrada al mundo de las enfermedades gastrointestinales. De ese primer contacto nació el deseo de profundizar en otras patologías relacionadas bajo una mirada molecular.
Tras doctorarse, su inquietud por seguir avanzando la llevó a Suecia, donde realizó una estancia postdoctoral en la Universidad de Linköping. Allí se especializó en la fisiopatología de la colitis microscópica. Más tarde, en 2020, se trasladó a Kiel (Alemania), donde ejerció como líder de grupo junior. Esta etapa, lejos de representar un obstáculo, fue una fuente de crecimiento profesional. “Cada nuevo destino era una motivación: nuevos proyectos, nuevas técnicas, nuevas redes de colaboración. Te sientes con ganas de comerte el mundo”, asegura. Eso sí, reconoce que en el plano personal los desafíos fueron más profundos. Empezar de cero en cada país implicaba para ella rehacer amistades y adaptarse a culturas diferentes. “No es lo mismo hacer amigos a los 18 que a los 35, cuando tus prioridades cambian”, explica. En Alemania, además, la pandemia del COVID-19 se cruzó en su camino. Acostumbrada a la libertad total de Suecia —donde no hubo confinamientos ni restricciones—, el contraste con las limitaciones, recién llegada a Alemania, la hizo pasar por momentos difíciles, incluyendo un episodio depresivo. A pesar de ello, nunca dejó de avanzar. Su trabajo, centrado en una enfermedad invisibilizada, pero con gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, ha sido ahora reconocido a nivel europeo.

“La colitis microscópica es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica que genera diarreas acuosas que debilitan y fatigan. Estas diarreas hacen que los pacientes ansíen tener acceso a un retrete constantemente y acaban restringiendo su vida a su hogar. A pesar de todo esto, la colitis microscópica no da lugar a complicaciones mortales, por eso apenas se investiga. Este premio no es solo para mí, es también para esta enfermedad que necesita más atención”, afirma con convicción.
Recibir el premio en Berlín fue un momento de validación y orgullo; subirse a aquel escenario del congreso supuso una reafirmación personal y profesional. “Muchos investigadores dudamos de nuestras habilidades a pesar de la evidencia contraria, lo que se conoce como síndrome del impostor. Este tipo de reconocimientos te ayuda a recordar que sí vales para esto”. Eso sí, la sorpresa fue doble: además del galardón, la ECCO le concedió un contrato de excelencia para desarrollar durante un año su investigación en un laboratorio europeo puntero. Escudero-Hernández aprovechó esta oportunidad para volver a casa e incorporarse al IBGM, donde colabora con el Prof. David Bernardo, experto en inmunología y responsable de los dos citómetros espectrales de última generación de nuestro centro, herramientas clave para avanzar en el análisis inmunológico de la colitis microscópica. Su objetivo es ambicioso: identificar nuevas dianas diagnósticas y terapéuticas que permitan diagnósticos más rápidos (actualmente toma varios años) y desarrollar tratamientos más específicos y con menos efectos secundarios.
Regresar a casa
Volver a Valladolid representa no solo una oportunidad científica, sino también un alivio personal. Después de años de muchos movimientos, la científica se siente preparada para asentarse sin perder ese espíritu europeo que ha marcado su trayectoria. “Aquí tengo familia, amistades y la ciudad es muy cómoda. Puedo moverme en bicicleta, como hacía en Suecia y en Alemania y, además, el IBGM me permite establecer sinergias con investigadores que fueron mis profesores”, señala.
Su experiencia internacional no solo le ha permitido acceder a tecnologías punteras, como la técnica “órgano-en-un-chip” que utilizó en Alemania para simular el intestino a un nivel que hasta hace unos años era impensable, sino también establecer colaboraciones internacionales sólidas. Por ejemplo, en Noruega trabajó con un equipo que disponía de un microscopio de microdisección avanzado, lo que dio lugar a varias publicaciones científicas. Su idea ahora es trasladar parte de estas innovaciones al entorno español.
Escudero-Hernández ya tiene claras sus próximas líneas de investigación: seguirá trabajando en la caracterización inmunológica comparativa entre la colitis microscópica y las formas más clásicas de enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Además, continuará dos proyectos iniciados en Alemania: uno centrado en la microbiota intestinal; y otro en la fibrosis intestinal, una complicación intratable de las formar de enfermedad inflamatoria intestinal clásicas que actualmente solo se resuelve quirúrgicamente.

Esfuerzos por visibilizar la colitis microscópica
La Dra. Escudero-Hernández es una firme defensora del trabajo transversal y en equipo. Participa activamente en el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), donde lidera el grupo de investigadores básicos, y en el Grupo Europeo de Colitis Microscópica (EMCG), con el que ha impulsado un biobanco europeo de muestras. También forma parte de la Sociedad de Científicos Españoles en Alemania (CERFA), donde organizó talleres y concursos de divulgación científica, y actualmente es secretaria de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior RAICEX, red desde la que ha contribuido a propuestas de política científica en España.
“La colitis microscópica sigue siendo una gran desconocida. Por eso es fundamental investigar más, hacerla visible y concienciar tanto a médicos como a pacientes e investigadores”, explica. Actualmente, la mayoría de estudios se centran en aspectos clínicos o epidemiológicos. Ella, en cambio, apuesta por una investigación básica y traslacional que permita identificar mecanismos celulares y moleculares que puedan convertirse en futuras terapias.
“La presencia de investigadores básicos en estas redes de investigadores clínicos es clave. Aportamos un enfoque distinto y enriquecemos la investigación clínica con conocimiento celular y molecular”, afirma. Gracias a GETECCU, por ejemplo, ha logrado establecer una red sólida de contactos antes incluso de su regreso a España.
La colaboración internacional ha sido —y sigue siendo— uno de los pilares de su carrera. Asegura que este intercambio constante no solo aporta innovación, sino también inspiración. “A veces, conocer a la persona adecuada o probar una técnica diferente puede transformar por completo un proyecto”; y concluye con la misma energía que define su trayectoria: “Ahora que tengo visibilidad gracias al premio y al contrato de ECCO, espero poder atraer aún más colaboraciones y seguir avanzando en el conocimiento de la aún invisible colitis microscópica”.